Lograr mantener la motivación durante un período largo en el tiempo, es uno de los retos a los que me enfrento como maestro cada día en el aula. Quiero que mi alumnado se sienta motivado para lograr mejores resultados en su rendimiento y en sus aprendizajes. Hay un alto índice de alumnos que se desconectan y pierden la motivación intrínseca por aprender y crecer. Asimismo, me he encontrado con que, dentro de un mismo aula, suele haber el mismo índice de alumnado motivado que de aquel que se siente desinteresado y no participa. Curiosamente, el primer grupo, cuenta con herramientas complementarias al aprendizaje, que les ayuda a enriquecer sus experiencias en el aula y fuera de ella. El grupo más desmotivado, se siente así tanto dentro como fuera de la clase. El aula es un entorno complejo, con una enorme diversidad de realidades, que necesita de infinidad de recursos, tanto personales como tecnológicos para garantizar la equidad de oportunidades. Actualmente, se dice que el maestro es el guía para lograr el verdadero aprendizaje, pero también aprendemos con nuestros iguales, con quienes nos sentimos identificados o con quien compartimos algo.